La inspiración viene de muchas partes y nos llega a través de muchos sentidos.
Solemos olvidar el gusto, aquellos sabores que nos llevan a emociones vividas o anheladas. El olfato, el olor a un libro nuevo, a las hojas amarillentas. La vista, paisajes, rostros conocidos, expresiones… El tacto, el vello erizado, el frio o el calor, … El oido, sonidos que evocan lugares.
Todos ellos ejemplos de lo importante que es la emoción a la hora de aprender. Algo que me gustaría aplicar en el diseño de las experiencias educativas a la hora de pensar en una clase, en un curso o simplemente en algo que debes aprender o enseñar.
Cuidar los sentidos para movilizar las emociones que abran al conocimiento la puerta del aprendizaje significativo.
Quisiera compartir con vosotros una lista de reproducción de música que me lleva a reflexionar sobre el sistema educativo, tanto en lo bueno como en lo malo.
¿Qué canciones añadirías? ¿Que te dice cada una de ellas? Personalmente me hacen reflexionar bastante y me ayudan a no perderme en querer ser excesivamente creativo o innovador. Centrarme en las personas y en la esencia de la educación, compartir y construir conocimiento, todos juntos.
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