Espacios de aprendizaje

Tengo la certeza de que en educación no hay fórmula mágica. No hay una clase igual a otra así como no hay un alumno igual a otro.

Por eso, no podemos hablar de una metodología definitiva. No hay una hoja de ruta, quizás sí unas mejores prácticas. Pero todo dependerá del ecosistema social que rodea tu sistema educativo. Familias, alumnos, vecinos, comerciantes, el barrio, la ciudad, todas las instituciones y personas que rodean a la institución educativa ya sea de forma directa o indirecta.

Pero lo que sí podemos hacer es reflexionar sobre este ambiente de aprendizaje. Cómo poder influenciar en él.

En concreto, la configuración del aula inspira un sistema determinado. Poco flexible y anacrónico. Diseñado para un tipo de lecciones que seguían una formación para una sociedad industrial del siglo XX (en el mejor de los casos).

Aula tradicional de clase magistral centrada en el profesor.

Este ambiente se basa en el «command and control«. Es decir, se configuraba el aula para un sistema de mando y control de los alumnos. Ojo, no necesariamente malo, simplemente adaptado a una sociedad industrial de un siglo pasado. En aquella época funcionaba y sería el mejor conocido, quizás el mas viable y el que cumplía en mejor medida los objetivos que se buscaban.

En este sistema el profesor era el que dirige la clase y el centro de la misma.

Actualmente, conocemos de la diversidad del alumnado y del valor que ello aporta a la sociedad. Necesitamos de las actitudes, aptitudes, habilidades y destrezas de todos ellos.

¿Cómo vamos a formar a los alumnos para una sociedad cambiante y en la que desconocemos las profesiones en las que encontrarán las oportunidades laborales que les permita desarrollarse en sociedad?

La solución no es fácil, ni única. No hay verdad absoluta. No es una cuestión baladí.

Sin embargo, lo que sí sabemos es que el ambiente en el que se configuran las aulas deben ser distintas. Debemos centrarla en el estudiante.Este sistema se basa en «engage and empower«. Es decir, empoderar a los alumnos y hacerles responsables de su propio aprendizaje mientras que su compromiso, afinidad y sentimiento de equipo genere un enganche que les mantenga activos e involucrados. Podemos asegurar que el mobiliario y configuración del aula afecta al aprendizaje.

Aula del futuro de Microsoft. Foto de Carmela González.

El alumno es el centro de la clase y dirige la misma. La experiencia educativa se debe centrar en las necesidades de los alumnos y en facilitar el aprendizaje. No a la inversa. El espacio donde se dé el aprendizaje deber ser construido para facilitar la construcción del conocimiento, la colaboración y la atención a la diversidad. Siendo un ambiente flexible, adaptativo y colaborativo.

El diálogo de aprendizaje pasa de ser unidireccional a multidirecional. El profesor pasa de atesorar todo el conocimiento a ser un facilitador del proceso de aprendizaje. De esta manera, el aprendiz también enseña. Todos aprenden de todos, construyen colaborativamente el conocimiento que necesitan para dar respuesta a los retos, proyectos y objetivos que marca el profesor (quien habitualmente no tiene porqué tener las respuestas). Mira el proyecto Future Classroom Lab del consorcio de Ministerios de Educación europeos.

Veamos en esta infografía los aspectos clave y comparativos entre un espacio de aprendizaje diseñado entorno a las necesidades del profesor y uno diseñado entorno a las necesidades de los alumnos.

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